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martes, 13 de marzo de 2018


Hoy, tengo el inmenso placer de presentaros a uno de los dibujantes españoles más conocidos y reconocidos de nuestro país. Autor -entre otras- de obras como Historias del barrio, con Gabi Beltrán, o Las oscuras manos del olvido, Hágase el Caos y Las serpientes ciegas, con Felipe Hernández Cava. Y que actualmente está inmerso en el segundo volumen de la adaptación a cómic de la serie de Vázquez Montalbán protagonizada por Pepe Carvalho, con Hernán Migoya como guionista.

Hoy, tengo el honor de presentaros a un dibujante, nacido en Palma de Mallorca, que ha tocado y/o toca prácticamente todos los ámbitos de su profesión: dibujante de cómics, dibujante de tiras de prensa, ilustrador, editor, ... Un autor que en su faceta como dibujante de cómic fue merecedor de varios premios, entre ellos, el prestigioso Premio Nacional del Cómic en el año 2009, por "Las serpientes ciegas", guionizada por Felipe Hernández Cava.

Hoy, tengo el privilegio de presentaros a Bartolomé Seguí.

En esta primera parte de la entrevista que tuve la oportunidad de realizarle, Bartolomé Seguí nos hablará de su infancia y juventud como lector y de sus inicios profesionales.

Sin más preámbulos, os dejo con Bartolomé Seguí. Tomad asiento, poneos cómodos y disponeos a disfrutar de lo que nos cuenta.


Entrevista a Bartolomé Seguí. 1ª parte


Bartolomé Seguí como lector


  • ¿Cómo era Bartolomé Seguí de pequeño? ¿Qué le gustaba hacer? ¿Qué tebeos leía? ¿Dibujaba mucho? Cuéntanos un poco tu relación con el tebeo y el dibujo en tu infancia.

Las distracciones para un niño a finales de los 60, aparte de jugar a pelota o al futbolín con los amigos, eran el cine y los tebeos. De estas primeras lecturas de las revistas infantiles que se publicaban en aquellos años: TBO, Pulgarcito, Mortadelo, etc... salió una pasión por el dibujo y las viñetas que fue acaparando cada vez más los ratos libres. Dibujar tebeos era la manera más fácil y rápida de inventar y explicar historias.

  • Ya de jovencito ¿seguías leyendo cómics y/o dibujando, o tus aficiones eran otras? ¿Cuáles fueron tus autores u obras de cabecera en tu juventud?

Siempre estaba dibujando historietas; copiando a los autores o personajes que me gustaban: Lucky Luke, Asterix, el corsario de hierro, Zarpa de acero, Spiderman... hasta que a mediados de los 70 llegó el descubrimiento de autores ya fetiche: Moebius/Gir, Muñoz y Sampayo, Breccia, Hermann... que abrieron otra perspectiva y el deseo de que yo quería dibujar lo que ellos.

  • Actualmente ¿Sigues leyendo cómics? ¿Qué obras nos recomendarías de lo último que cayó en tus manos?

Mucho menos que antes. Cuando dibujar cómics pasó a ser un trabajo y a ocupar casi la totalidad de mi tiempo, intento, cuando la agenda me deja, desconectar del medio y buscar aficiones que me saquen de casa. El último que he leído es Escapar de Guy Delisle, aprovechando que vino de invitado al CòmicNostrum, el festival de comic que organizamos en Palma.

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Los inicios profesionales


  • ¿En qué momento y por qué decides dedicarte al cómic? ¿Cómo te formaste para convertirte en dibujante?

Siempre digo que me he dedicado al cómic inconscientemente. Simplemente me gustaba dibujarlos. Fui a la Escuela de Artes y Oficios de Palma, y hice el curso de cómic de rigor en una academia a distancia (porque los cómics no se enseñaban entonces en las escuelas), pero en ningún momento me planteé hacer del dibujo de historietas una profesión.

Algunas de las primeras obras de Bartolomé Seguí

  • ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo del cómic? ¿Cuál fue tu primera incursión profesional?

A finales de los 70 apareció una historieta mía en la revista Senda del cómic, que tenía un espacio para que los aficionados enviaran sus pinitos; ese fue el primer cobro por unas páginas: 20.000 pesetas por 4 páginas. Ya en Barcelona, donde había viajado para estudiar pintura en La Massana, aprovechaba las tardes para dibujar mis historias y probar suerte en el circuito de editoriales. Por una divertida casualidad, coincidió que Manfred Sommer, Leopoldo Sánchez y Fernando Fernández abrían una academia de cómic, y la hija de Fernando, que iba a clase conmigo, me invitó de figurante para un video promocional que estaban preparando. Llevé mis páginas conmigo y ahí empezó mi primera colaboración profesional en una revista que habían comenzado a editar llamada Metropol. Ese estreno coincidió también con la aparición de la revista Madriz, que dirigía Felipe Hernández Cava y que supuso también una plataforma para trabajos más experimentales, más relacionados con el conocimiento artístico que aprendía en La Massana, y de ahí a El Víbora, Cairo, y hasta hoy.

A salto de mata

  • ¿"A salto de mata" (1989) fue el primer álbum que pudiste publicar? ¿Qué significó esta oportunidad para ti?

Sí. Tenía varias historias del personaje Simón Feijoo y la posibilidad de recopilarlas y publicar ese primer álbum fue lo más, como entrar en una liga superior: el primer libro al que aspira cualquier principiante.

¿Coca o ensaimada?

  • ¿Quién es Simón Feijoo? ¿Qué significó para ti este personaje? Más adelante se publicaron más obras protagonizadas por Simón Feijoo ¿Cuántas y cuáles fueron?

Simón Feijoo nació justamente de mi gran afición a la novela negra, influencia absoluta de las lecturas de Pepe Carvalho en las que, por primera vez, un detective igual de molón que Sam Spade o Phillip Marlowe, se manejaba en ambientes reconocibles en una ciudad como la que en esos años yo también estaba descubriendo: Barcelona. Era un personaje amoral, cutre y casposo, que investigaba casos de medio pelo en la Barcelona preolímpica. Simón Feijoo es uno de mis personajes al que tengo más cariño y que protagonizó dos libros más: ¿Coca o ensaimada?, con guión propio, y Cohibas connection, con guión de Carles Santamaría. Comencé en su día otra historia con guión de Andreu Martín, otro gran especialista en novela negra, pero coincidió con la aparición de Torrente, el personaje de Segura. Torrente era como Feijoo multiplicado por mil, así que me pareció que a su lado, Feijoo quedaba como un pijo, y lo aparqué.

Cohibas Connection

  • Trabajaste para la revista El Vibora ¿Cómo fue ese periodo? ¿Qué obras dibujaste para la revista? ¿Alguna de esas historias se publicó posteriormente recopiladas en un álbum?

A mediados de los 80 había una efervescencia en cuanto al cómic con muchas revistas en el mercado. Puede que no existiera el reconocimiento actual hacia el cómic, pero sí había muchas oportunidades para publicar. Josep Mª Berenguer, el editor de El Víbora, recibía a los dibujantes aspirantes cada jueves en la editorial, y yo le mostraba mis páginas esperando esa oportunidad, que, tras tanto insistir, supongo se sintió obligado a darme. Después de tres o cuatro historias independientes, tuve la posibilidad de dibujar una serie Lola y Ernesto, fue un retrato costumbrista de una juventud en una ciudad que descubría su modernidad. La revista recopiló esas historias en un álbum. Rita y Héctor, ya en color, fue la continuación de esas historias y personajes. Se publicó en las páginas de la revista, y en un suplemento dominical en el diario El observador, pero la crisis de los 90 ya comenzaba a azotar el mercado y no se recopiló en álbum.

Lola y Ernesto

  • No fue la única revista en la que colaboraste, también lo hiciste, por ejemplo en El Jueves (entre otras muchas). ¿Qué hiciste en El Jueves? ¿Cuándo tuvo lugar esta colaboración?

A raíz de las historias de Lola y Ernesto y de Héctor y Rita, me convertí en una especie de cronista de la Barcelona de los 90, y comencé a publicar una página semanal en la Guía del ocio que se repartía con la edición en Cataluña del diario El País. En ellas recuperaba a un personaje secundario que había aparecido en una de las historias de Lola y Ernesto. Luigi y su grupo de amigos eran unos "modernos" madurando hacia los 30, ya con familia y responsabilidades y había mucho de autobiográfico en sus andanzas. Estuve tres años con esa colaboración, mientras el mercado editorial temblaba. Fueron años alejado de los circuitos habituales del cómic, y, cuando decidí reintegrarme, acepté la oferta que me hicieron para colaborar en El Jueves. Eran años de cambio, con mi regreso a Mallorca y la adaptación a una nueva realidad, también familiar, y apenas publiqué 9 o 10 historias.

Luigi es Luis

  • Además, dibujaste tiras de prensa en diferentes periódicos. ¿Cómo fue la experiencia?

Carles Santamaría, que me había seleccionado para las historias de Luigi es Luis en El País, había entrado en la redacción de El Observador, un diario que tuvo corto recorrido, pero durante el cual, tanto Carles, como Vicent Sanchís, su director, hicieron una apuesta por el cómic, recuperando el espíritu de la prensa americana y publicando un surtido de tiras de prensa. Carles me pidió una tira de continuará para los meses de verano, y así salió ¿Coca o ensaimada? una historia de Simón Feijoo. Esas tiras tuvieron una continuidad en el verano siguiente, y aquí se ofreció el propio Carles a hacer para Feijoo un guión enrevesado de su experiencia en Cuba: Cohibas connection. La recopilación de esas tiras (que también se publicaron en Diario 16 y en el Última Hora), la publicó Edicions de Ponent en sendos álbumes.

Revista trimestral de cómic infantil "Esquitx"

  • También tuviste experiencia como editor. ¿En qué consistió? Háblanos un poco de ello.

Había publicado algunos libros ilustrados para Publicacions l'Abadia de Montserrat, una editorial en Barcelona que también editaba el Tretzevents, una revista de comics infantil en catalán al estilo del Cavall Fort. Tenía amistad con la directora y siempre que iba a verla me comentaba que deberíamos proponer a las instituciones de Baleares editar una publicación para los niños de las islas, y así, con el Camacuc que editaban en Valencia, tener los tres territorios de habla catalana su revista. En el Tretzevents publicaban ya algunos dibujantes Baleares, y conocíamos algunos más como para poder cubrir las entregas sin sudar mucho, así que Sonia Delgado y yo nos tiramos a la piscina, y, sin experiencia previa, presentamos la propuesta de hacer una revista trimestral, dirigida principalmente a las escuelas, y así, en diciembre del 2000 nació el Esquitx.

Mi primera historia de España ilustrada

  • No sólo trabajas como dibujante de cómics, sino que además de haber trabajado como editor y como autor de tiras de prensa (como vimos anteriormente), también trabajas como ilustrador. ¿Qué tipo de trabajos realizaste en este campo? ¿Sigues realizando trabajos de ilustración?

Comencé ilustrando una serie de novelas históricas para Publicacions l'Abadia de Montserrat allá en los 90 y, a partir de ahí he perdido ya la cuenta, pero deben rondar unos 50 libros, sin contar todos los libros de texto que he hecho y sigo haciendo para casi todas las editoriales: Santillana, SM, Cruïlla, Teide, Larousse, Langenscheidt, La Galera...

Serra de Tramuntana

  • Y llegó el momento del mercado franco-belga ¿Cuál fue esa primera obra que te abrió las puertas de ese mercado? ¿Cómo surgió la oportunidad?

Había intentado durante años, posiblemente sin acabar de creérmelo, preparar un proyecto junto a Jorge Zentner para el mercado francés. Pero eran años en los que tenía mucho trabajo de ilustración, a los que se añadía mi tarea de coeditor de una revista infantil, así que eran páginas que se dilataban demasiado en el tiempo y nunca acabaron de cuajar. Fue cuando la editorial Paquet compró los derechos de El sueño de México, para publicarla en Francia, que asistí de primera mano a algunos festivales y me di de bruces con la realidad de que el mercado francés estaba a años luz del nuestro, y que, si quería continuar en esto de los cómics, tenía que hacerlo con la mirada puesta en ese mercado.

El sueño de México
Hasta aquí la primera parte de la entrevista. 

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